martes, 19 de febrero de 2013

Eosinopteryx, un nuevo dinosaurio-ave



Como ya hemos comentado en anteriores entradas, existen innumerables evidencias de que las aves son un grupo muy derivado de dinosaurios que apareció a finales del Jurásico y se diversifico de forma importante a partir del Cretácico Inferior. Sin embargo, la presencia de plumas no aparecieron para facilitar el vuelo, sino probablemente como una forma de asilar al organismo del medio y controlar así su temperatura interna. Un nuevo dinosaurio-ave descubierto en el Jurásico Medio-Superior de China, corrobora esta hipótesis.

Un equipo internacional dirigido por el Dr. Pascal Godefroit del Royal Belgian Institute of Natural Sciences acaban de publicar en la revista internacional Nature Comunications una nueva especie de dinosaurio con aspecto de ave bautizado con el nombre de Eosinopteryx en la Formación Tiaojishan al Oeste de la Provincia de Liaoning. Este nuevo dinosaurio emplumado de 30 cm de longitud es anterior a los dinosaurios similares de los cuales se ha creído durante mucho tiempo habían evolucionado los pájaros. Sin embargo, los restos estudiados demuestran que era incapaz de volar dada su pequeña envergadura alar y  a su estructura ósea que restringía su capacidad de batir las alas. La presencia de dedos adecuados para caminar por el suelo y un menor número de plumas en la cola y las patas, sugieren de nuevo que no sería un animal volador.

U. Southampton. Ilustración de Eosinopteryx

Es importante destacar que el descubrimiento de Eosinopteryx, modifican las actuales hipótesis filogenéticas, cuestionando la posición Archaeopteryx, sugiriendo un panorama más complejo en el origen del vuelo. Eosinopteryx aumenta la diversidad conocida de dinosaurios de pequeño tamaño en el Jurásico, mostrando además que dinosaurios con planes corporales similares podrían ocupar diferentes nichos ecológicos en un mismo ecosistema.
Puedes consultar el trabajo original en inglés en:

  



sábado, 2 de febrero de 2013

¿El “tontosaurio” de Cuenca?



El yacimiento de Lo Hueco (Cuenca), posiblemente el yacimiento más importante de dinosaurios del Cretácico Superior de España, ha permitido recuperar miles de restos de dinosaurios y otros animales mesozoicos. Un reciente trabajo publicado en la revista PlosOne describe un completo cráneo del un saurópodo de este yacimiento. Los restos fueron encontrados en la campaña de excavación de 2007, sin embargo el tedioso trabajo para su preparación y estudio, hace que las sorpresas vayan apareciendo poco a poco.
En este trabajo liderado por el investigador Fabien Knoll del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, ha permitido describir el cráneo de un Ampelosaurus que vivió hace 70 millones de años, el primer representante del género identificado en la Península Ibérica. Ampelosaurus pertenece al grupo de los titanosaurios, un grupo de grandes saurópodos herbívoros que dominaron los ecosistemas durante el Cretácico Superior. Gracias a técnicas de tomografía, los científicos han creado una imagen 3D del cráneo del dinosaurio, y han podido describir tanto su cerebro como su oído. El estudio indica que este gran dinosaurio podría haber llegado a medir hasta 15 metros de largo, sin embargo, su cerebro no ocupaba más de ocho centímetros. Además, los autores remarcan que la “simple” estructura del oído podría indicar que este dinosaurio tendría movimientos que se sucedían de forma lenta y poco ágil, no estando “adaptado” a mover rápidamente ni los ojos, ni la cabeza, ni el cuello. Según afirman los investigadores "el aumento del tamaño del cerebro no ha sido favorecido durante la evolución de los saurópodos".

Reconstrucción 3D del cráneo de Ampelosaurus y el tamaño de su cerebro. Ilustración de O. Sanisidro.

Quisiera aprovechar esta noticia y esta última afirmación para recalcar algunos de los titulares con los que se ha difundido esta noticia en algunos medios de comunicación, como “El lento y torpe dinosaurio de Cuenca”. Esta aseveración puede llevar a error y confusión ya que parece que un cerebro pequeño está ligado a la torpeza del animal. Idea que había acompañado a los Dinosaurios durante dedicadas, debido al descomunal tamaño de muchos de ellos en comparación con sus cerebros. Es obvio que la teoría de la evolución y la selección natural han actuado sobre estos animales, como con cualquier otro ser vivo, por lo que si en realidad estos “tontosaurios” no hubiesen estado adaptados a su medio, tened por seguro que no hubiesen tenido el abrumador existo que tuvo este grupo de Dinosaurios durante el Jurásico y Cretácico. Como reflexión personal, a veces, el desconocimiento del porque de un proceso o hecho nos hace buscar respuestas simplistas, que no siempre tienen porque acercarse a la realidad.

Para aquellas personas que puedan estar más interesadas en ampliar información, aquí tenéis la referencia completa del trabajo. También podéis acceder al texto original en inglés pinchando en el link: